miércoles, 21 de enero de 2015

En pos de la noche

     La casa se hallaba vacía y en silencio. Fuera, el viento rugía furioso entre las copas de los árboles.

     Una sutil sombra se deslizaba  a través del bosque evitando las franjas de luz de luna que se filtraban entre las hojas. Llegó frente a la puerta de aquel pequeño hogar y la abrió sin el menor ruido. Caminó con sigilo por la estancia. Cerró los ojos y se concentró. Nada.

     Sintiendo cómo la furia crecía en su interior, liberó gran parte de la energía que aquel sentimiento le inspiraba. Un siniestro crujido recorrió la estructura de la casa. La sombra apretó los puños. El estruendo era cada vez mayor. Ya no aguantaba más. Gritó con toda la fuerza de sus pulmones.

     De pronto, una inmensa llamarada azul estalló a su alrededor, devorando la madera y todo aquello que encontraba a su paso.

     Mientras el humilde edificio se consumía bajo un fuego infernal, una sombra volvía al bosque y lo recorría a una velocidad sobrehumana, siguiendo, sin descanso, el rastro de su presa.